Bilbao. 30/10/2015.-
El Juzgado de primera Instancia nº 13 de Bilbao, de la que es titular la magistrada Dª Paula Boix Sampredo, verá el próximo miércoles día 4 la reclamación frente a “La Caixa” por la compra de unas AFS de Fagor de un matrimonio de 77 años él y 72 ella, nacidos ambos en una pequeña localidad de la provincia de Burgos, Valdezate, y asociados a Bizkaiko Minduak, la Asociación de afectados por las Preferntes de Eroski y Fagor.
Tras cursar estudios primarios y vivir en Valladolid durante un tiempo, terminaron asentándose en Bizkaia, donde el marido trabajó la mayor parte de su vida como taxista, hasta que se jubiló al llegar a la edad de 65 años. La mujer se ha dedicado siempre a las tareas del hogar. Indudablemente, ninguna experiencia financiera tenían a la hora de invertir sus ahorros por lo que venían confiando en la empleada de “La Caixa”, Mariam del Moral, más tarde directora de la oficina.
Al jubilarse el marido vendieron su licencia de taxista, por lo que recibieron un dinero respecto del que la citada Sra. del Moral se encargó de asesorarles en orden a la mejor manera de invertirlo, colocándoles parte del dinero en participaciones Preferentes de “La Caixa” y en Preferentes de Telefónica, término éste, el de ‘Participaciones Preferentes’, cuyo nombre se ha empezado a oír en fechas recientes y cuyo alcance se desconocía totalmente en aquella época.
En octubre de 2007, coincidiendo con la circunstancia de que el marido empezó a manifestar los primeros signos de un progresivo deterioro físico y mental, fruto de su enfermedad de Parkinson, la comercial de “La Caixa” llamó por teléfono al domicilio de los demandantes para ofrecerles la compra de un depósito bien remunerado. Habló con ella la mujer quien le dijo que, dada la situación de enfermedad de su marido, apenas tendrían tiempo de acudir a estar con ella, a lo que la empleada le aseguró que únicamente estarían unos breves momentos, los suficientes para la firma de los papeles, ya que ella se los tendría preparados para cuando fueran.
Y así fue. Cuando al día siguiente se acercaron a la sucursal, les tenía, efectivamente, todo preparado y tan sólo estuvieron unos pocos minutos, el tiempo suficiente para firmar el documento denominado ‘orden de valores’ y escuchar de sus labios que lo que adquirían era un producto extraordinariamente bueno y “muy solicitado y que por eso había pensado en ellos”. Para poder adquirirlo, incluso les cancela una imposición a plazo fijo. De esa forma, según exponen en su demanda, en octubre de ese año invirtieron 20.600 euros en Aportaciones Financieras Subordinadas de Fagor (AFSF).
Los demandantes, que están siendo defendidos por el abogado de Bilbao Gabriel Mª Torres Amann, han aportado al Juzgado un certificado médico emitido por el neurólogo Dr. Iriondo de Osakidetza-Servicio Vasco de Salud, que acredita que desde el año 2007 el marido estaba siendo tratado en la consulta del Ambulatorio de la C/ Doctor Areilza de Bilbao y que presentaba ya entonces tanto una “torpeza motora progresiva” como “datos sugestivos de deterioro cognitivo”.
Exponen al juzgado los reclamantes que ‘pese a tratarse de un matrimonio jubilado, carente de la mínima formación inversora, de perfil netamente conservador, minorista y no profesional, y con uno de sus integrantes aquejado de los primeros síntomas de una enfermedad que afecta a la capacidad cognoscitiva, la profesional destinada al efecto por la entidad financiera, conocedora de todas estas circunstancias, careció de la prudencia y diligencia mínimas, colocándoles un producto de alto riesgo, muy complejo y perpetuo, absolutamente ajeno a las condiciones objetivas de los clientes‘.