Bilbao. 17/06/2015.-
Gabriel Mª Torres Amann. Abogado
Para un abogado siempre resulta desagradable comunicar al cliente que su asunto, que tanta preocupación e insomnio le viene ocasionando, tardará tiempo en verse resuelto. No puede darle ninguna justificación a los retrasos porque a él tampoco se la han dado.
Cuando en junio del pasado año, el abogado le comunicó a su cliente que había tenido la ‘mala suerte’ de que su demanda hubiera correspondido tramitarse ante el Juzgado de Primera Instancia nº 4 de Bilbao, lo hacía únicamente porque los plazos seguirían un tramitar lento, demasiado lento. Ninguna queja transmitió sobre el titular del juzgado de quien dejó claro que es un juez muy hábil y competente, incluso hija y hermana de jueces, pero sí advirtió de los excesos en los señalamientos.
La demanda, que fue presentada en julio de 2014 para reclamar el importe de una compra de Aportaciones Financieras Subordinadas de Eroski (AFSE) y contestada por Laboral Kutxa el mes de septiembre, quedó señalada para su siguiente trámite procesal, la audiencia previa, el 16 de junio de 2015. Mucho tiempo sin ninguna actuación.
Y el círculo se cierra ahora. Celebrada la audiencia previa, el Juzgado bilbaíno ha señalado para que tenga lugar la vista pública el… ¡21 de abril de 2016! Demasiado tiempo para que una persona sin ninguna experiencia en procedimientos judiciales, pueda comprender el porqué del retraso. El afectado sólo quiere una solución y sin excesivas demoras. Como nos viene recordando constantemente nuestro Más Alto Tribunal, una Justicia lenta… no es Justicia.
Una vez comunicada la fecha del próximo juicio, el abogado se despide de su cliente con una frase: feliz primavera, feliz verano, feliz otoño y feliz invierno. ¡En la próxima primavera nos vemos!