El titular del juzgado de Primera Instancia número 10 de Valencia ha declarado nulo el contrato por el que Bankia le colocó preferentes a un cliente cuando solo quería un crédito de 4.000 euros para comprar un coche. El magistrado advierte en el fallo de que el cliente -una persona con estudios básicos y que ha trabajado como mecánico y conductor- aceptó las preferentes sin saber lo que estaba adquiriendo.

A. Sánchez aseguró en el juicio que, al pedir el crédito de 4.000 euros, el banco le reclamó una garantía de 4.200 euros. «Firmé pensando que era un plazo fijo y un año después descubrí que me habían colocado preferentes», lamentó. El perjudicado precisó que solicitó el crédito a pesar de que disponía de dinero para tener liquidez. Sánchez indicó que después Bankia le cambió las preferentes por acciones que hoy no valen nada.

El abogado de Bankia defendió que no habían incumplido el contrato y que no se presionó al demandante para que firmara la compra de las preferentes.El magistrado explica en el fallo que Bankia le hizo a su cliente un test de conveniencia que dio como resultado que era un «producto no conveniente». El juez apunta que parece difícil de sostener que «la compra de preferentes fuera decidida por el demandante en su propio interés como inversor. Resulta evidente que pretendía obtener un préstamo personal y que su propósito no era otro que conseguir un interés nominal lo más bajo posible». Además, la devolución del crédito era a cuatro años, «lo que se compadece mal con la suscripción de un producto de carácter perpetuo. De hecho, en un primer momento el demandante realizó una imposición a plazo fijo por un periodo de un año y no han quedado suficientemente explicadas las circunstancias en las que dicha imposición se canceló al día siguiente para suscribir en su lugar participaciones preferentes». La sentencia concluye destacando que el cliente prestó el consentimiento «por error» y condena a Bankia a devolverle el dinero.